realizada en el
Por Fernando Bartolomé Zofío. Julio 2013. Córdoba (España)
Puede ser que pasara allí lo que pasó en Europa con Llobet. Fue un gran guitarrista, arreglista y compositor que hoy en día es muy valorado por todas las opiniones que escucho de gente que ha escuchado grabaciones o por las mismas crónicas de su época. Quizás no fue a más por la sombra alargada de Segovia…
Cuando yo estaba en Cuba, la influencia de la guitarra española en Cuba era muy fuerte allá. Las cosas que estudiábamos eran los métodos de Pascual Roch, de Pujol. No sé si Llobet fue a Cuba pero en ese momento toda esta gente eran mitos allá. Lo que sí he oído miles de veces es que Rey de la Torre estudió con Llobet. Rey era una persona diferente a Juan Mercadal. Juan era más campechano mientras que Rey estaba más en el mundo del arte, de la guitarra, y posiblemente tuviera menos interés en mí. Estaba más
en su mundo. Yo no di muchas lecciones con él.
¿Qué aprendiste con Rey de la Torre?
En esa época yo vivía al lado de Nueva York y cogía un autobús para ir. Yo no recuerdo muchas lecciones. Recuerdo un apartamento más o menos desocupado, compartido con un pintor; un pájaro en una jaula… supongo que tenía una vida más bohemia. Lo que recuerdo con él es que hacía mucho hincapié en apagar las cuerdas. Tenía un montón de formas diferentes de cómo apagar las cuerdas. Lo que se nota en él, te hablo de años después, es que estaba por delante de su tiempo porque si tú ves las cosas que él hizo son cosas finas. Tocó obras de Julián Orbón muy buenas, como el Prelude y Toccata.
Además hizo unas cuantas grabaciones.
Grabó cosas de Sor; la Sarabanda lejana, de Rodrigo; una Sonata de Ardévol que aunque no sé mucho de él sí conozco bien esta obra porque la grabé y puedo decir que era un buen compositor. Aunque es posible que no llegara a grabarla. Creo que el primero que la grabó fue Leo. También recuerdo que grabó las Variaciones sobre un tema de Milán, de Joaquín Nin-Culmell
Pavana (Milán). Rey de la Torre
Rey era más distante. También recuerdo que cobraba algo por las lecciones, él decía que por una cuestión de disciplina. Yo, tan jovencito en esa época, no podía creerme que estuviera dando clase con esta gente. Se fue muy pronto de Cuba y era como un mito.
En Cuba, después de la Revolución, cuando se convierte en comunista, en las tiendas no había nada, ni en las casas de música, y en todo caso lo que había nacionalizado por el gobierno. Entonces no se podía comprar un disco, pero un amigo me prestó un disco de Segovia en el que había repertorio de Albéniz y Granados, que ahora se piensa que, a lo mejor, de ahí salió lo que hice después. Era un Long Play, por un lado Albéniz y Granados y por el otro Torroba, las Canciones catalanas de Llobet, Danza Mora deTárrega. Y este disco sí me impactó mucho y para mí es como un clásico. Y esto de lo digo porque el otro día hablando con alguien me di cuenta de que el primer disco que hace Leo en Cuba, con la Sonata de Abreu, el Elogio de la Danza, Estudio 7 de Villalobos, Sonata Meridional de Ponce, Preludio de Carlos Fariñas… Todo esto yo lo grabo, inconscientemente pero yo lo grabo. Y tiene que haber una conexión de todo
esto. En uno de los viajes de Leo a Santiago, según recuerdo, en la casa del maestro Manuel Puig, nos dijo algo así como que ya no iba escribir para la guitarra porque no pasaría a la Historia escribiendo para guitarra. En esta época estaba ya metido en el tema de la música concreta, la aleatoria. Pero allí nos tocó su última composición, el Elogio de la danza, lo cual fue impresionante para todos nosotros.
El caso es que Rey se fue a California y por un tiempo no estuve estudiando con nadie.
Estuve bastante solo, e incluso dejé de tocar también
muchas gracias a Fernando Bartolomé Zofío, Modern Guitar Ensemble
- primera parte
Puede ser que pasara allí lo que pasó en Europa con Llobet. Fue un gran guitarrista, arreglista y compositor que hoy en día es muy valorado por todas las opiniones que escucho de gente que ha escuchado grabaciones o por las mismas crónicas de su época. Quizás no fue a más por la sombra alargada de Segovia…
Cuando yo estaba en Cuba, la influencia de la guitarra española en Cuba era muy fuerte allá. Las cosas que estudiábamos eran los métodos de Pascual Roch, de Pujol. No sé si Llobet fue a Cuba pero en ese momento toda esta gente eran mitos allá. Lo que sí he oído miles de veces es que Rey de la Torre estudió con Llobet. Rey era una persona diferente a Juan Mercadal. Juan era más campechano mientras que Rey estaba más en el mundo del arte, de la guitarra, y posiblemente tuviera menos interés en mí. Estaba más
en su mundo. Yo no di muchas lecciones con él.
¿Qué aprendiste con Rey de la Torre?
En esa época yo vivía al lado de Nueva York y cogía un autobús para ir. Yo no recuerdo muchas lecciones. Recuerdo un apartamento más o menos desocupado, compartido con un pintor; un pájaro en una jaula… supongo que tenía una vida más bohemia. Lo que recuerdo con él es que hacía mucho hincapié en apagar las cuerdas. Tenía un montón de formas diferentes de cómo apagar las cuerdas. Lo que se nota en él, te hablo de años después, es que estaba por delante de su tiempo porque si tú ves las cosas que él hizo son cosas finas. Tocó obras de Julián Orbón muy buenas, como el Prelude y Toccata.
Además hizo unas cuantas grabaciones.
Grabó cosas de Sor; la Sarabanda lejana, de Rodrigo; una Sonata de Ardévol que aunque no sé mucho de él sí conozco bien esta obra porque la grabé y puedo decir que era un buen compositor. Aunque es posible que no llegara a grabarla. Creo que el primero que la grabó fue Leo. También recuerdo que grabó las Variaciones sobre un tema de Milán, de Joaquín Nin-Culmell
Pavana (Milán). Rey de la Torre
Rey era más distante. También recuerdo que cobraba algo por las lecciones, él decía que por una cuestión de disciplina. Yo, tan jovencito en esa época, no podía creerme que estuviera dando clase con esta gente. Se fue muy pronto de Cuba y era como un mito.
En Cuba, después de la Revolución, cuando se convierte en comunista, en las tiendas no había nada, ni en las casas de música, y en todo caso lo que había nacionalizado por el gobierno. Entonces no se podía comprar un disco, pero un amigo me prestó un disco de Segovia en el que había repertorio de Albéniz y Granados, que ahora se piensa que, a lo mejor, de ahí salió lo que hice después. Era un Long Play, por un lado Albéniz y Granados y por el otro Torroba, las Canciones catalanas de Llobet, Danza Mora deTárrega. Y este disco sí me impactó mucho y para mí es como un clásico. Y esto de lo digo porque el otro día hablando con alguien me di cuenta de que el primer disco que hace Leo en Cuba, con la Sonata de Abreu, el Elogio de la Danza, Estudio 7 de Villalobos, Sonata Meridional de Ponce, Preludio de Carlos Fariñas… Todo esto yo lo grabo, inconscientemente pero yo lo grabo. Y tiene que haber una conexión de todo
esto. En uno de los viajes de Leo a Santiago, según recuerdo, en la casa del maestro Manuel Puig, nos dijo algo así como que ya no iba escribir para la guitarra porque no pasaría a la Historia escribiendo para guitarra. En esta época estaba ya metido en el tema de la música concreta, la aleatoria. Pero allí nos tocó su última composición, el Elogio de la danza, lo cual fue impresionante para todos nosotros.
El caso es que Rey se fue a California y por un tiempo no estuve estudiando con nadie.
Estuve bastante solo, e incluso dejé de tocar también
muchas gracias a Fernando Bartolomé Zofío, Modern Guitar Ensemble
- primera parte
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